“Ustedes están preguntando mal”, dice el hombre que se ha dado cuenta de que somos periodistas y andamos hurgando donde no nos llaman. “Lo que ustedes tienen que preguntar es quién está detrás de este asunto”, insiste. “A ver, esperá, (grita un nombre, el de un empleado) vení contales”, sigue. El joven nos mira con unos ojos preocupados como es de esperarse. “Dale, contále”, persevera el empresario. “En mi barrio apareció un hombre ofreciendo 500 mangos para ir a Mascardi por el día. Había que estar todo el día. A mi prima le ofrecieron pero no quiso ir”, cuenta. La cifra de los 500 pesos hace un tiempo que da vuelta por los rincones de Bariloche. Se menciona pero no se corrobora. Este joven lo expresa de modo directo al periodista. -¿Quién era la persona que ofrecía el dinero?, peguntamos. -Un puntero, no me acuerdo bien el nombre (pronuncia algo que va de camino de convertirse en un apellido). -¿Algo más? -Yo no lo conozco, mi prima sacó una foto del diario porque ...